lunes, 24 de octubre de 2011

Jardines de La Reina - Bailando con tiburones (segunda parte)

En mi primera crónica de mi viaje a Cuba, (que las iré titulando “Bailando con tiburones” 1, 2, 3, etc. etc. ¿Tendréis la paciencia de leerlas?..) Terminaba comentando que, a la hora de la descompresión, los tiburones que nos habían hecho la demostración en el fondo con su emocionante exhibición en busca del cebo escondido entre los corales y sus espectaculares y rasantes pasadas junto a nosotros, se habían situado estratégicamente debajo de nuestra lancha montando guardia en espera de que después de la descompresión nos decidiéramos a regresar a la superficie. Por nuestra parte el grupo formado por Ingrid Riera, Jordi y los guías Noel y Gualberto y, claro está, el veterano del grupo, es decir, yo, nos dirigimos a recorrer los maravillosos fondos caribeños para calmar los nervios del “shark feeding” y del “shark frenzy” (perdonadme el uso de anglicismos pero así están aceptados por los centros de buceo) y visitar las magnificas formaciones de corales que, solo a una profundidad de mas o menos 15 mts. destacaban por su riqueza en colorido y gran tamaño. Especialmente algunos ejemplares de esponjas eran realmente excepcionales.





La presencia de grandes meros que nos acompañaban en nuestras inmersiones era un toque emocionante en las mismas

Aunque habíamos dejado atrás la concentración de tiburones siempre teníamos siguiendo nuestros pasos, tres o cuatro escualos de la especie caribes o “cabeza dura” que nos escoltaban con una persistencia encomiable obsequiándonos con ceremoniosas pasadas para mantener la emoción, cosa que sin duda conseguían.

Mi compañero Noel, provisto con una magnifica cámara fotográfica va sacando planos y mas planos de mis evoluciones, lo cual no puedo negar que me encanta, porqué se que su intención es obsequiarme, en nombre de AVALON, con las fotografías obtenidas como un imborrable recuerdo de mi estancia en Los Jardines de la Reina, y así,cuando sea mayor, poder deleitarme con el recuerdo, mirando las fotografías en mi álbum personal.




Realizar la descompresión con Ingrid (de

Comentarios sobre la fotografías:

1º- En un claro acto de coquetería personal me decidí a no ponerme el casco de neoprene. De esta forma con mi “hermosa cabellera de pelo blanco” podrán reconocerme mis hijas, nietos y amigos. También cuando, ya entrado en años, me retire de la inmersión y repase mi álbum de fotografías podré decir: ¡ coño pero si este soy yo!

2º- Según Noel, el pelo blanco parecía atraer a los tiburones, y esto, al parecer, provocó algunas pasadas rasantes, y posiblemente algún comentario entre los tiburones. “ ¡Que hace un viejo como este entre nosotros!” Les perdono lo de “viejo”

3º- Cuando visioné las fotos quedé sorprendido porque cuando posaba satisfecho para Noel yo ni siquiera me daba cuenta de que algunos tiburoncetes mas coquetos que yo se situaban a mi espalda. Era evidente que querían “salir en la foto”




Jordi Chias, el fotógrafo oficial de la expedición y magnífico especialista en fotografía digital

El recorrido del arrecife hasta llegar de nuevo a la boya de buceo para iniciar el periodo de descompresión, fue un paseo increíble por una zona que puede considerarse como uno de los fondos mas hermosos y bien conservados del Caribe por la abundancia de su fauna y por el tamaño de determinadas especies, especialmente los diversos tipos de meros tropicales que iban siguiendo con enorme curiosidad nuestros pasos.

Cuando Colón descubrió este archipiélago de 250 islotes y comentó que constituían un jardín digno de la Reina, ignoraba que el jardín que se extendía mas allá de la superficie del mar era no solo digno de la reina sino de toda la corte en pleno. Si Cristóbal Colón hubiera dispuesto de un OPEN WATER PADI a buen seguro se habría vuelto loco ante tanta maravilla.




La riqueza de los corales de Los Jardines de la Reina convertía los fondos submarinos en increíbles paisajes

Bien; terminada la descompresión, nos planteamos, como en su día se preguntó Hamlet, “to be or not to be , that´s the question” que podemos traducir en términos subacuáticos en vista de los mas de veinte tiburones que esperaban alrededor de la lancha, “salimos o no salimos esta es la cuestión”.

Pero por fin, después de consultar con nuestros guías que nos tranquilizaban pidiéndonos calma con expresivos gestos , decidimos iniciar nuestro camino de regreso hacia la superficie para subir a bordo de la lancha evidentemente algo acongojados…( o sería mejor decir “acojonados” ) y he aquí, que, con educación y buenos modos nos metemos entre los veinte o treinta escualos (¡cada vez parece que hay mas!) que montan guardia especialmente alrededor de la escalera, y rogando educadamente decimos… ¿por favor nos dejan pasar?..por favor dejen paso,…déjenos salir primero, please hermano…y así, uno a uno, para no morir en el tumulto, fuimos saliendo del agua ordenadamente. En un momento determinado Ingrid se quejo de que “algo” le había rozado el culo… (nunca sabremos a ciencia cierta si fue un tiburón).



Los tiburones nos acompañaban siempre en el transcurso de los buceos

Ya por fin todos a bordo, empezó el otro “show”. Siguiendo la costumbre y como agradecimiento a que nos dejaran salir del agua sanos y salvos, se procedió a otra sesión de “feeding” dando a los tiburones que continuaban alrededor de la lancha, grandes trozos de pescado atados a una cuerda.

Ahora el espectáculo es francamente escalofriante al comprobar como los tiburones se lanzan como exhalaciones a una competición de fuerzas para conseguir capturar el cebo y esta competición da lugar a una lucha sin cuartel entre ellos que hace que el mar hierva en un autentico frenesí de coletazos y mordiscos con unas bocas llenas de dientes que dan pavor…



No todo eran tiburones y grandes meros. Este simpático pez ángel también se convirtió en un asiduo acompañante

Pero nosotros felices ya bordo pensamos que, por suerte, y como ha quedado demostrado en nuestra emocionante inmersión, estos pavorosas mandíbulas y afilados dientes los usarán solo para sonreír amablemente a los turistas españoles que les visitan.

¡Así sea!




PD: Os dejo además este vídeo en el que aparece Noel (Dive Master de Los Jardines de La Reina y mi inseparable compañero)




Fuente: El mundo submarino de Eduard Admetlla.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Jardines de La Reina - Bailando con tiburones (primera parte)



Amigos míos ¡No me lo puedo creer!

A los ochenta y seis años, ( ..y medio) y después de sesenta y dos años de inmersiones por este mundo (1948- 2010), acabo de realizar las mejores y mas emocionantes inmersiones de mi vida en un lugar privilegiado considerado el mejor centro de buceo del mar Caribe en Cuba.

¡Se trata de “Los jardines de la Reina”! Allá, por el año 1500… (Yo no estaba presente… soy, veterano que no viejo,.. ¡Pero no tanto!), Cristóbal Colon en su segundo viaje al Nuevo Mundo descubrió un archipiélago a unas sesenta millas mar adentro al sur de Cuba, formado por unos 250 islotes de manglares dando origen a un complejo y maravilloso laberinto de matorrales, dunas de arena y, sobre todo, como ya he dicho, de manglares, estos valientes arbustos que con sus raíces aéreas se fijan en el substrato marino defendiendo su recien conquistado territorio a “trancas y barrancas”, es decir contra los temporales, tormentas y mareas tropicales dando lugar, en el curso de centenares o millares de años a este magnifico Parque Nacional de “Los Jardines de la Reina”, porqué esto es precisamente lo que comentó Cristóbal Colon cuando lo descubrió: Este paraje es un jardín digno de la reina, refiriéndose concretamente a la Reina Isabel la Católica.






¿Y que hace un veterano submarinista como yo en un paraíso como este? Os lo cuento con “pelos y señales” porqué lo cortes no quita lo valiente. Estoy aquí como invitado especial de AVALON, organización que controla el Centro de Buceo del Parque Nacional de “Los Jardines de la Reina”, y de su representante en España el conocidísimo fotógrafo submarino Carlos Suárez de Canarias, para dar a conocer este sin par enclave y disfrutar de sus magnificas instalaciones para la practica de nuestra apasionante afición: La inmersión submarina; y por si esto fuera poco emocionante, formando equipo con la plana mayor de la revista BUCEADORES, con su valiente y encantadora directora-general Ingrid Riera y su fuera de serie director de arte Jordi Chias especialista en fotografía digital, experto en la materia. Perdonadme amigos, pero después de esta breve introducción no puedo esperar más… ¡Me voy al agua!


1ª Inmersión, en “los Jardines de la Reina” : Son las cinco de la tarde poco después de nuestra llegada del día 21 de Mayo del 2010 ( ¡Fecha importante para mi!). Punto de buceo llamado “La cueva del Pulpo”; el pulpo en cuestión había salido pero… ¡GUAU!.... Desde la superficie y sobre un fondo de unos veinte metros, mas o menos divisé, en cuanto puse la cabeza bajo el agua, un grupo de unos diez o doce tiburones de los llamados “cabeza dura”, que son en realidad los típicos tiburones de arrecife o tiburones grises, de unos 2´5 a 3 metros de longitud, paseándose tranquilamente por un fondo tapizado de hermosos corales.






Con un agua de una transparencia increíble la visión era emocionante en grado sumo. ¡Menudo comienzo! El grupo formado por Ingrid, Jordi, Eduardo, Noel (Guia y “dive master” del centro) y Gualberto, (Guía e instructor tres estrellas de la CMAS). Nota importante: Noel tenía el especial encargo de cuidarse del “abuelo” (c´est moi), y para mi resultó ser el guarda espaldas ideal..!Mejor que Kevin Costner!

Gualberto bajó rápido y escondió entre los corales del fondo una bolsa llena de comida, es decir de peces troceados, para crear un estimulo olfativo que atrajera a los tiburones de los alrededores ..(¡Como si hiciera falta!)…. Al cabo de pocos minutos la docena de tiburones se habían convertido en mas de veinte, que con rapidez y elegantes pasadas rastreaban la zona en busca del cebo escondido y a la vez nos hacían pasadas rasantes a los visitantes, a menos de un metro de distancia e incluso en alguna ocasión, nos rozaban suavemente, en su afán de detectar si éramos o no comestibles. Menos mal que el neoprene no les atrae especialmente, aunque sea Cressi.






Aunque tengo cierta experiencia con avistamiento de tiburones, en la isla de Mafia en el Indico, en el mar Rojo, en las Seychelles e incluso en las islas Canarias….joder!.. Perdón, quiero decir,.. ostia!.... tampoco es de recibo, vamos a dejarlo en ¡Caramba! Que es una expresión “light” pero sirve. Decía que, “aunque tengo cierta experiencia con tiburones”…nunca había experimentado la emoción de encontrarme en una “melée” con tantos y tan estimulante proximidad. Debo de aclarar que, sin embargo, nunca experimente temor o sensación de peligro. Evidentemente la experiencia de los guías que nos acompañaban era una garantía de conocimiento de las reacciones de estos “animalitos”.

Ver la estilizada simetría del cuerpo de los escualos dirigiéndose a buen ritmo directamente hacía mi, mirándome fijamente con sus inquisitivos ojos desprovistos de parpados, despertaba en mi un cierto respeto y admiración por la perfección de su anatomía y sus elegantes movimientos.









Sin embargo la recomendación de Noel de mantener los brazos inmóviles pegados al pecho sin hacer movimientos ni gesticular con las manos ante su extrema proximidad, era un toque de atención para no bajar la guardia.

En una próxima crónica continuaré contando mis experiencias, porqué a la salida del agua después de la consecuente descompresión, los veinte y tantos tiburones estaban montando guardia alrededor y debajo de nuestra lancha de seis metros de eslora. Era evidente que para salir deberíamos contar con su permiso. ¡Hasta pronto amigos!

Fuente: El mundo submarino de Eduard Admetlla.